Tras una semana con Ángel e Ismael, dos amigos de Ana que vinieron de visita de Ceuta, volvemos a coger la furgo. Esta vez para irnos a Málaga ya que Ana me ha regalado por mi cumpleaños las entradas para el concierto de «El Barrio» en el comienzo de su gira Atemporal. ¡Si es que no puede ser más bonita! (Ana, no la gira XD)
Salimos hacia Málaga a las 18.00 tras recoger a una mujer de Blablacar que también va de Armilla a Málaga. Ana tiene que ponerse atrás con Scooby para que la mujer pueda ir más cómoda, aunque ella misma se ofrece a ir detrás. También la acercamos a un punto diferente de lo que habíamos acordado en un principio. Esperemos que nos deje una buena reseña en Blablacar.
Tras dejarla en el punto acordado nos vamos directos para la zona del concierto, el Auditorio Municipal Cortijo de las Torres. Aparcamos en un polígono industrial muy cerca del auditorio. Ya están los gorrillas por allí en la primera calle en la que hay aparcamientos, pero seguimos un pelín más adelante, y aparcamos al girar la primera bocacalle (el polígono está totalmente vacío al ser sábado por la tarde). Pronto el polígono empieza a llenarse de coches de gente que va al concierto. Los gorrillas no paran de tocar el silbato y a Ana la están volviendo loca, ¡hasta tal punto que quiso echarles maldiciones gitanas!
Damos un paseo a Scooby y Ana aprovecha para cepillarlo. No veas que cantidad de pelo suelta y cuando se levanta un poco de aire vuelan los pelos para todos sitios. Después de eso nos preparamos unos bocadillos, que si no luego seguro que nos da hambre en mitad del concierto, y nos vamos para dentro del recinto.
El concierto estuvo muy bien y el recinto es súper chulo, pero cantó muy pocas canciones de las antiguas, que son las más conocidas y las que la gente está deseando escuchar y cantar en los conciertos y encima las dejó todas para el final en un popurrí, así que ni siquiera las cantó enteras. A las doce en punto, ya día 4, se pusieron a cantarle/me el cumpleaños feliz, porque sí, ya es mi cumple y el de «El Barrio» también.
A Ana no le caía bien «El Selu» desde sus inicios, mucho antes de que nos conociéramos, y aún así me ha regalado y acompañado al concierto (lo que hay que hacer por amor según sus propias palabras) pero es que ahora ya le ha echado la cruz. Saber que nos llama gilipollas (por la canción que dice han pasado unos 3 añitos y aún hay gilipollas que piensan que me estoy muriendo), que no presenta a su banda, que es torero (taurino) y que es familia Franco… ya ha sido demasiado para una «roja anarquista».
Tras el concierto volvemos a la furgo. Que gozada tenerla justo al lado del recinto del concierto. Y no somos los únicos que pensamos así, porque, mientras la gente pasa en busca de sus coches escuchamos varios comentarios del tipo: «ves, si tuviera una furgo así no tendría que moverme del sitio» o «mira, esos es lo que nos haría falta a nosotros ahora».
Poco a poco la zona se fue desalojando de coches hasta que nos quedamos solos, aunque hay un rato que están atrancados en atasco queriendo salir todos a la vez. Nos recuerda al Viñarock donde la gente estuvo durante horas atrancados en los coches intentando salir, pero aquí duró solo un ratito.
Ana no se encuentra bien, le duele un montón la cabeza. Aunque se toma una pastilla no le da lugar a que le haga efecto, le entran nauseas y termina llamando a Juan un rato. Después de eso por fin se le pasa un poco y rápidamente se queda dormida, así que, por no despertarla ni muevo la furgo de sitio y eso que estamos aparcados en cuesta. Por lo menos estamos cuesta arriba, por lo que las cabezas están en alto y no afecta mucho el estar en cuesta, cuesta abajo es súper incómodo. Tampoco pongo oscurecedores ni nada y me echo a dormir yo también.