Hoy hacemos una ruta por las playas y calas del Cabo de Gata. Vamos desde la Playa de Mónsul hasta la Playa de los Genoveses, pasando por todas las playas y calas que hay entre ambas, muchas de ellas bastante desconocidas.
Comenzamos un nuevo día, esta vez con lluvia. Nos aseamos, desayunamos, recogemos un poco la furgo y pasamos la mañana creando vídeos y algunos post para los siguientes días. Después de comer para de llover, así que nos tomamos un café y ponemos rumbo a una ruta por las calas y playas de Cabo de Gata.
Cogemos la furgo y vamos hasta el aparcamiento de la Playa de Mónsul, desde donde comenzaremos la ruta. En la temporada de verano el acceso a estos parkings cuesta 6€, el año pasado 5€ (aquí también ha llegado la inflación). Tenemos suerte porque aún no están funcionando y se puede acceder sin pagar. Entran a funcionar la próxima semana.
De camino disfrutamos de los fantásticos paisajes, además, vimos un gran rebaño de cabras celtibéricas, consideradas las cabras más bonitas del país. Con un pelaje blanco nuclear, perilla abundante en machos y hembras y cuernos con tirabuzones. Son una raza casi en peligro de extinción, y en esta zona se encuentran 1.000 de los aproximadamente 9.000 ejemplares que quedan de esta especie. Están destinadas únicamente al consumo de su carne. El precio en canal asciende hasta los 20€ el kilo y prácticamente en su totalidad se consume en los establecimientos de la zona de San José.
Comenzamos la ruta en la Playa de Mónsul
Una vez llegamos al parking de la Playa de Mónsul aparcamos la furgo y comenzamos la ruta por una de las playas más conocidas y apreciadas de la costa de Almería. Mónsul, una playa de 400 metros cercada por formaciones rocosas de origen volcánico y una duna de arena fina y dorada a su espalda. Aunque hay carteles que prohíben subir a la duna pudimos ver a 3 personas jugando y tirándose desde la cresta. Una pena que la gente no respete este paraje.
A un lado de la playa nos encontramos con la Punta de la Peineta, una gran roca volcánica. Seguimos la ruta haciendo ‘aquaroca’ y llegamos a la Cala Chica del Palmito, una cala muy tranquila. Continuamos por la orilla de la playa hasta la Cala Grande del Palmito donde vemos algunos cangrejos entre las rocas. Aquí aprovechamos para pegarnos un refrescón en sus aguas cristalinas y continuamos hacia la Playa del Barronal. Intentamos ir ‘roqueando’ por la orilla, pero llega un punto donde no podemos continuar. tenemos que darnos la vuelta y subir por la montaña. El sendero que sube es todo arena de playa, por lo que sufrimos un poco la subida con el calor que hace. Sin embargo, las vistas desde arriba merecen la pena.
Una vez arriba toca volver a descender para llegar ahora a la Cala Grande del Barronal. La croqueta se cuelga de las rocas como un mono, capturamos algunas fotografías y continuamos nuestra ruta. Esta vez ‘roqueando’ hasta la Playa del Barranco del Barronal. Aquí jugamos un poco con Scooby, lanzándole palos a la duna, se lo pasó bomba. También nos encontramos con un barco deteriorado y encallado en la arena, que seguramente haya sido arrastrado hasta aquí en alguna tormenta. Se nos ocurre, entre bromas, camperizar el barquito XD.
De nuevo seguimos hasta la siguiente cala, la Cala Chica del Barranco del Barronal y continuamos. Ahora toca subir otra duna y me quejo para no varias, pero es que con el calor…
Última cala – Cala Príncipe
Realmente en esta última subida disfrutamos de unas vistas inmejorables. Desde arriba todo se ve increíble. Así llegamos a la última cala, la Cala Príncipe. Nos dimos un baño al llegar pero tenemos que irnos corriendo porque unos enormes mosquitos comienzan a picarnos por todos lados. Como esta es la última cala antes de llegar a la Playa de los Genoveses, y ahí estuvimos ayer y nos la recorrimos entera, decidimos emprender el camino de vuelta. Volvemos haciendo el mismo recorrido que a la ida, ya con un poco más de fresquito.
En el camino nos encontramos con una pareja que también quiere llegar a la playa de Mónsul y nos preguntan si se puede ir por la playa. Les decimos que sí, que desde donde estamos, solo hay un tramo que hay que hacer por la montaña. Nos preguntan si tenemos controlada la marea que está subiendo, pero les decimos que no hay problema. Nos dan las gracias y aunque no se les ve muy convencidos vemos como siguen tras nuestros pasos hasta que terminamos perdiéndolos de vista.
De vuelta en la furgo
Una vez que llegamos a la furgo, nos vamos a poner a comer algo, ya que llegamos con hambre, pero fue abrir la puerta de la furgo y mientras nos quitábamos la arena de los pies, unos mosquitracos como caballos nos invadieron la furgo y a nosotros de picaduras. Así que arrancamos y nos vamos volando de aquí.
Aprovechamos el camino de vuelta para parar en el pueblo y comprar pan y agua y nos vamos a nuestro sitio de pernocta que es todo un lujo. Nos damos una ducha y la croqueta prepara «Papas en ajopollo», que ni tiene ajo, ni tiene pollo, pero es una receta muy sencilla y está para chuparse los dedos.
Cenamos un buen plato, nos tiramos en la cama y vemos todo lo que hemos grabado en el día de hoy. Nos tomamos nuestro correspondiente vaso de leche con unas napolitanas de chocolate que habíamos comprado en el pueblo y hora de dormir que estamos ‘cansaillos’ del día de hoy. ¡Hasta mañana!